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De acuerdo a los últimos datos disponibles (IGE, 2012), Galicia cuenta con una población de 2.781.498 personas, de las que 635.879 tienen ≥ 65 años; es decir, el 22,86% de los gallegos se encuentran en la bienvenida y mal denominada “tercera edad”: Porcentaje harto elocuente del envejecimiento de nuestra Comunidad Autónoma, en donde las personas con 85 y más años se encuentran próximas a las 100.000.

Una sociedad envejecida, curiosamente y a pesar de que tiene mayor número de sujetos en la denominada como “clase pasiva”, es considerada como una sociedad desarrollada ya que ha conseguido a través de la promoción de los hábitos saludables y la prevención de las enfermedades, disminuir la morbilidad y la mortalidad y por tanto alcanzar una esperanza de vida al nacer inimaginable hace solamente un siglo (menos de 40 años) y que en la actualidad sobrepasa los 82 (79 para los hombres y 85,8 para las mujeres en Galicia).

Pero tantas personas mayores, que así es como deberíamos denominarles, que alcanzan edades tan elevadas, aun considerándose el mayor logro del desarrollo (vivir más y con más calidad de vida), también puede hacer que grupos más numerosos de sujetos presenten patologías edad-dependientes que les conduzcan a la discapacidad, primero y dependencia, finalmente.En Galicia, según datos del INE (2011), cerca de 200.000 personas mayores de 65 años presentan algún tipo de discapacidad, de las que casi 40.000 reciben alguna prestación del sistema de atención a la dependencia.

Pero aunque envejecimiento asociado a esperanza de vida como elemento de desarrollo suena muy bien, también es verdad que en la situación actual de crisis, muchos de los logros alcanzados pueden perderse y en este sentido quisiera poner en valor el significado de tres letras tan íntimamente unidas I+D+i (Investigación+Desarrollo+innovación) por que posiblemente sean el origen de todo el avance generado en la sociedad moderna. La investigación, tanto la metodológica o científica, como la empírica, nos ha conducido a alcanzar un estado de bienestar, envidia de otras poblaciones, que tenemos que mantener y seguir incrementando mediante el oportuno incremento de la financiación, para lo que hay que convencer a quienes administran los presupuestos; es decir, a la clase política, poco creyente con todo lo que no reporta un retorno inmediato en forma de votos o agradecimientos. Sin investigación no hay desarrollo y sin desarrollo volveremos a épocas pasadas.

En el año 2000 España dedicaba un 0,91 del PIB a I+D, porcentaje que era del 1,39 en el 2010, y que estaba por debajo de la mayor parte de los países europeos y muy por debajo de Finlandia (3,87), Suecia (3,42), Alemania (2,82) o, incluso, Portugal (1,59). Porcentaje que desde ese año ha ido cayendo alarmantemente. Galicia dedicaba el 0,96% (2010), cayendo al 0,91 en el 2011. Menos dinero significan menos líneas de investigación a la vez que menos proyectos aprobados, lo que sin duda conducirá a un retroceso en un momento en que parecía que retomábamos el vuelo en este campo.

Centrándonos en el modelo gallego, decir que la mayor parte de la investigación se realiza desde las Universidades, siendo todavía muy pocas, en comparación a otros países, las empresas que creen en esta actividad como fuente de desarrollo, financiación y progreso.

La Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, teniendo en cuenta la situación económica actual, así como su repercusión sobre la mayor parte de los grupos de investigación de nuestra comunidad, en donde los medios se han ido recortando paulatinamente, quiere poner en valor la lucha continua de los profesionales y los investigadores en este aspecto del saber y por ello bajo el lema de “Investigación, Desarrollo e Innovación en Gerontología y Geriatría”, organiza en A Coruña los próximos días 10 y 11 de mayo de 2013 su XXV Congreso, en donde además de debatir y comparar los resultados de investigación de nuestra comunidad frente a otras comunidades nacionales e internacionales en el campo del envejecimiento se pondrá en valor esta actividad como fuente de conocimiento.

José C. Millán Calenti
Presidente SGXX

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