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Javier Pérez Martín establece una clara relación entre mitos, estereotipos, prejuicios y ausencia de derechos de las personas mayores

(Santiago de Compostela, 19/11/2016).- Los estereotipos y mitos a lo largo de la historia, sumados a algunos ámbitos de la cultura y la publicidad actuales están acabando con la dignidad y los derechos de las personas mayores. Así lo subraya Javier Pérez Martín, geriatra, coordinador residencial, docente en geriatría y vicepresidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX) que este 19 de noviembre protagonizó en Santiago una de las ponencias del I Curso de Traballo Social e Xerontoloxía Sociosanitaria que, de forma pionera, celebran dicha entidad y el Colexio Oficial de Traballo Social (COTSG).

Un foro que tendrá su continuidad durante toda la semana con trabajos individuales y colectivos tutorizados y un segundo encuentro en Santiago, el próximo sábado.

Pérez Martín dejó claro en su ponencia “Mitos y realidades. Aspectos sociodemográficos del envejecimiento en Galicia” que la discriminación por edad o edadismo “es un estereotipos muy difícil de identificar, por su gran aceptación social, falta de definición en relación a la estereotipia del lenguaje y la ausencia de herramientas de medición apropiadas” y sin embargo, “un fenómeno sumamente grave”, asegura, “ya que los estereotipos hacia las personas mayores conforman una imagen social y cultural muy distorsionada de este colectivo” que deriva en la eliminación de sus derechos más básicos, en la justificación y utilización de malas prácticas e incluso en maltrato en su atención.

Para desterrar estas falsas concepciones es preciso identificarlas, analizarlas y conocerlas. Entre ellas este experto destaca el edadismo o viejismo o que el número de años vividos “determine despectivamente lo mayor que es alguien”. También la improductividad “o que las personas dejen de ser útiles a la sociedad al llegar a la vejez”. La desvinculación, ausencia de interés y compromiso por las cuestiones cotidianas que antes eran importantes, la inflexibilidad que impide cambiar o adaptarse a nuevas situaciones o la senilidad que “identifica vejez con enfermedad y que sea normal que en ella se den los síntomas de insuficiencia cerebral senil”. Por último, añade, la serenidad “en un sentido limitador de decadencia intelectual, uno de los tópicos más extendidos que estipula que la inteligencia se deteriora con los años”.

Capítulo aparte lo conforman la apatía y desinterés por la sexualidad que, supuestamente, es típica de la vejez, uno de los prejuicios más extendidos en el que además existe una doble dimensión, prosigue Pérez Martín: “por un lado se supone que en la vejez desaparece todo el interés por la sexualidad, toda una falacia, pero también se refiere a la sexualidad en los mayores como algo patológico y pervertido”.

En ese sentido, continúa, “en una sociedad donde el poder político tiende a actuar en base a las demandas sociales, la imagen social que se tenga de la tercera edad tiene una importancia capital”. Por eso, subraya, “los medios de comunicación tienen un papel determinante, muy influyente en la formación de opinión” y deben promover “una imagen positiva de la vejez alejada de estereotipos”.

No obstante, afirma el geriatra, “la realidad es que mucha publicidad refleja y refuerza estos mitos y estereotipos” por ejemplo el anciano y el ámbito rural para vender “sabiduría, lo tradicional, la serenidad, etc. enfrentado paradójicamente a mayores obsoletos, anticuados, enfrentados a los avances sociales y ahondando en el conservadurismo, la serenidad, la ausencia de compromiso o la desvinculación”.

Otros anuncios “insisten en la necesidad de cuidados especiales achacados a la edad” para vender productos relacionados con enfermedades o problemas físicos, “reforzando mitos como el edadismo o la senilidad, al asociar enfermedad con persona mayor” y también “la búsqueda de la perfección y el imperio de lo joven -especialmente en cuanto a la estética- para combatir la imagen deteriorada de la vejez” desnaturalizada además con modas artificiales, una sobrevaloración de la juventud y una visión desgraciada de la vejez.

Existen por último aquellos mensajes que “proclaman la necesidad de apartar a los mayores de la sociedad, de relegarles a otras tareas, pues su tiempo ya ha pasado”.

Situación en Galicia

Esta situación es particularmente influyente y perversa en Galicia, la Autonomía más envejecida de España donde las 661.296 personas mayores de 65 años, de un total de población de 2.720.700 habitantes, llega al 24,3 por ciento, el más alto de todo el Estado (donde la media es del 18,7 por ciento) y en la que existen áreas geográficas de Ourense y Lugo en las que este índice supera el 32 por ciento, por encima de zonas similares de Japón, el país más envejecido del mundo.

A esto se suma que en 2015, por primera vez en la historia, el saldo vegetativo gallego (diferencia entre nacimientos y defunciones) ha sido negativo, es decir, el número de defunciones supera al de nacimientos, pasando de -10.299 en 2014 a -12.057 en 2015.

Por otra parte, Galicia perderá 134.813 habitantes en el período 2014-2024, lo que supone una diminución del 4,9 por ciento de su población. Ourense y Lugo tendrán las mayores pérdidas de población en términos relativos (un 9,6 por ciento y un 7,3 por ciento respectivamente) y el envejecimiento general se incrementará progresivamente con un 27,4 por ciento de personas mayores de 65 años en 2024.

Un fenómeno en el que todo estereotipo y prejuicio no hará más que invalidar la atención necesaria que requiere para que no se convierta en un problema, sino todo lo contrario. Porque, como deja muy claro Perez Martín, “envejecer es algo positivo” como siempre recuerda la SGXX. “Todo el mundo quiere vivir más y llegar a muy mayor lo mejor posible” subraya, pero el envejecimiento está generando una amplia transformación económica y social que exige responder a los nuevos retos y necesidades que conlleva.

Por eso, insistir en una imagen negativa de las personas mayores afianza su estigmatización e incrementa los estereotipos hacia ellas y, lo más grave, les insta a creérselo, a interiorizarlo como verdadero.

Situación que, en su mayor parte tiene que ver con la imagen de la vejez que cierta parte de la sociedad proyecta y en cuya erradicación puede desempeñar un gran papel los medios de comunicación. Por eso la SGXX insta para a los profesionales del periodismo a que reconozcan y no recurran en su labor a este tipo de estereotipos que no dejan de ser un tipo de discriminación.

 

Curso pionero

El curso Traballo Social e Xerontoloxía Sociosanitaria es una formación que la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX) y el Colexio Oficial de Traballo Social de Galicia (COTSG) organizan conjuntamente y de forma pionera en la Comunidad Gallega en dos jornadas. La primera de ellas este sábado 19 de noviembre de 9.00 horas a 18.00 horas en el Colexio de Médicos de Santiago de Compostela (rúa San Pedro de Mezonzo, 39) y la segunda el siguiente sábado 26 de noviembre en la misma sede y horario.

El curso, declarado de Interese Sanitario por la Consellería de Sanidade da Xunta de Galicia, cuenta con la colaboración de la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidade de Vigo. Consta de 25 horas de formación oficial (16 presenciales y 9 de trabajo individual y grupal tutorizado) y está destinado a profesionales del Traballo Social, de Atención Primaria (Concellos y SERGAS) de la Administración Municipal y Autonómica, de centros sociosanitarios de mayores, residenciales o de día; alumnos de las Universidades de Galicia y otras entidades del sector de apoyo y atención a las personas mayores.

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